Le pregunté al piano, ya muy tarde —pues no podía dormir—, el porqué de su monocromía.
—¿Es que no te gusta el color? —insistí.
De pronto y sin poder evitarlo, ví a la Noche y a la Luna incorporarse desnudas sobre el teclado y huir por la ventana.
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4 comments:
Muy poético ese pensamiento.
te quedó chido el blog, me gusta que sea oscuro y al mismo tiempo colorido, muy bien!
saludits.
Está de huevos este cuento y el blog en general, no lo he revisado con calma, pero lo haré con la misma calma con la que la Luna pasa por el cielo de la Noche. Yeh yeh...
De visita por los rumbos del guardián.
Me gusta mucho la idea del piano huyendo por la ventana. Qué pasaría si todo lo que tenemos cerca empezara a irse volando, quizá mejor porque así nos iríamos con ellas.
Un saluuudo,
pb
Qué idilio más hermoso que éste. Wow.
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